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LAS CAUSAS AL SERVICIO DE LA GENTE

Para nadie es un secreto la crisis de legitimidad por la cual están atravesando tanto los políticos como los partidos políticos en Colombia. Muchos argumentan que la principal causa de dicha crisis se debe a los recurrentes señalamientos y escándalos de corrupción que algunos de ellos han tenido que enfrentar. Otros explican que este fenómeno se presenta porque las nuevas generaciones son cada vez más apáticas a los fenómenos políticos de su país y por ende prefieren no verse involucrados ni con políticos ni muchos menos con sus partidos.


Aunque creo que estos dos factores han sido cruciales en la crisis de legitimidad política por la cual estamos atravesando, considero que existe una razón estructural detrás de todo esto, la cual ha provocado que, en efecto, los ciudadanos del común crean cada vez menos en la política y confíen poco o nada en los gobernantes que ellos mismos eligen. Esta razón, desde mi punto de vista, es la falta de causas verdaderas detrás de cada uno de los proyectos políticos.


Personalmente, creo que a pesar de la positiva evolución de la política nacional, anteriormente los políticos se preocupaban un poco más por identificar todas aquellas problemáticas que aquejaban a los ciudadanos del común. Problemáticas que convertían su bandera y por ende, se empeñaban en luchar por esas causas específicas, que por más mínimas que fueran representaban a la ciudadanía.


"En la actualidad, pesa mucho más el deseo o el sueño de lograr ser político o llegar a algún cargo de elección popular (...) que el deseo de transformar significativamente la realidad de la gente"

En la actualidad, pesa mucho más el deseo o el sueño de lograr ser político o llegar a algún cargo de elección popular por el simple hecho de ser “alguien”, que el deseo de transformar significativamente la realidad de la gente, que la vocación de luchar por las causas cotidianas y que la voluntad de defender con principios las causas que realmente representan a cada uno de los habitantes de nuestras ciudades.


Creo que está en las manos de las nuevas generaciones no sólo ser mucho más conscientes de lo anterior, sino realmente prepararnos y formarnos para poner nuestras habilidades al servicio de los demás. Lo más importante es que la política esté al servicio de quien siempre ha debido estar, la gente, y de esta manera luchar por causas significativas.



Daniela Acero - Bogotá

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