El desarrollo de herramientas de gestión pública exige de la conjugación de dos escenarios: técnico y participativo. Este último es de vital importancia para el logro de soluciones a las problemáticas de la comunidad, presentando a través de sí, la voz de quienes viven diariamente las situaciones que el Estado debe paliar. Existen diversos espacios para el desarrollo de la participación ciudadana, la cual se puede originar de manera activa, representativa u orgánica; claro está, estos requieren de la experiencia física con la finalidad de presentar resultados integrales, condición que la emergencia ocasionada por el COVID-19 ha limitado.
Para Colombia, el año 2020 enmarcó el inicio de nuevos periodos administrativos en los niveles territoriales departamental y local, por lo que, durante los primeros días de gobierno empezó la formulación de los planes de desarrollo, proceso que conlleva a generar espacios de participación ciudadana. Sin embargo, las medidas tomadas en diferentes ciudades y la cuarentena nacional ocasionaron que estos escenarios fuesen cancelados y articulados a través de la virtualidad. Lo anterior, se convierte en un reto de carácter político, dado que el logro de la planeación participativa permite conocer la realidad existente en los territorios y alcanzar niveles de legitimidad.
Si bien, la salud pública y la virtualización son temas prioritarios en el marco del COVID -19, el hecho de que la formulación de los Planes de Desarrollo no haya tenido variaciones en sus temporalidades y como tal, estos deban ser aprobado a finales del mes de mayo, ha conllevado a cuestionar si virtualizar escenarios brinda resultados óptimos respecto al conocimiento de las situaciones en los territorios.
Si bien, la salud pública y la virtualización son temas prioritarios en el marco del COVID -19, el hecho de que la formulación de los Planes de Desarrollo no haya tenido variaciones en sus temporalidades y como tal, estos deban ser aprobado a finales del mes de mayo, ha conllevado a cuestionar si virtualizar escenarios brinda resultados óptimos respecto al conocimiento de las situaciones en los territorios.
Hoy más que nunca, los escenarios participativos son de vital importancia para focalizar, priorizar y conocer las necesidades comunitarias en términos de salud pública, seguridad alimentaria y nutricional, educación, economía y empleabilidad, áreas que están siendo afectadas directamente por la emergencia del COVID-19. Son estas dimensiones las que deben intervenirse fuertemente desde las herramientas de gestión pública, en este caso los planes de desarrollo, y para las cuales es necesario escuchar a la sociedad en general, integrada por diversas comunidades, los gremios, la academia y demás.
En el marco de una democracia integral, además de la participación representativa debe estar presente la participación activa. Si bien, la primera es posible cumplirla a partir del estudio de los planes de desarrollo en las corporaciones públicas, Concejos Municipales y Distritales, y Asambleas Departamentales, también debe tenerse en cuenta la participación orgánica en las instancias donde se dinamizan las temáticas, en estas, las poblaciones cuentan con representantes o delegados, como lo son los Consejos, Comités, Mesas, entre otros. Así pues, la participación activa es la cual, hoy debe ser repensada.
Los escenarios de participación activa no solo permiten la apertura a la comunidad, sino que también son primordiales para el reconocimiento conjunto de la otredad por parte de todos los actores implicados. Es decir, estos espacios conllevan a que a través de la construcción de los roles y las características de los sujetos que en ellos participan, se tenga presente la exploración de variables que la condición delegativa no permite, puesto que un delegado de un territorio no siempre tendrá en cuenta la totalidad de problemáticas existentes e incluso, como puede tender a modificar la priorización de las situaciones según su experiencia en los contextos.
La experiencia física les permite a los equipos formuladores del Plan de Desarrollo, pensar el territorio accediendo a estar en los “zapatos de la comunidad”, viendo a través de sus ojos y su diario vivir, con alegrías, penas y necesidades; logrando palpar las realidades tangibles que solo quien conoce su contexto puede reseñar. Bajo estas cualidades es que dicha experiencia es fundamental en el proceso de construcción del Plan de Desarrollo, pues permite que se responda técnicamente a lo contextual desde la comprensión y por lo tanto, el no haberse culminado el proceso de planeación participativa físicamente se afecta la interpretación de la realidad social.
La experiencia física les permite a los equipos formuladores del Plan de Desarrollo, pensar el territorio accediendo a estar en los “zapatos de la comunidad”, viendo a través de sus ojos y su diario vivir, con alegrías, penas y necesidades.
Ahora, algunas administraciones, como es el caso en Santiago de Cali, han optado por terminar los procesos de planeación participativa desde plataformas digitales (Zoom, Facebook, Instagram, entre otros), lo cual es rescatable dada la atención y priorización que ha tenido la emergencia por el COVID-19. empero, el desarrollo del proceso participativo ha variado su nivel de incidencia, convirtiéndose en algunos casos en escenarios de socialización de los avances y modificaciones que han realizado las administraciones sobre sus planes de desarrollo o en ciertos casos, el proceso de participación activa se ve limitado por las dificultades para acceder a internet por parte de las comunidades, así como por el manejo de plataformas digitales.
Fuente: Alcaldía de Cali
Para finalizar, el desarrollo de escenarios participativos activos es un reto en el marco de la emergencia por COVID-19, sin embargo, su relevancia para diagnosticar la realidad social y poder brindar bienes y servicios por parte de las administraciones hacen que su realización sea inevitable. En este sentido, se deben replantear los esquemas bajo los cuales se están llevando a cabo para que no se incurra en procesos de socialización. Asimismo, se deben orientar capacitaciones para la comunidad sobre cómo dinamizar su participación desde la distancia, y generar plataformas digitales que permitan que la sociedad en general pueda brindar aportes en diferentes modalidades, como podrían ser encuestas, videos, conceptos sobre el plan y demás.
María Eugenia Rodríguez - Cali
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